Se dice del vino

Protagonista de rimas, poemas, frases, cuentos, motivo no sólo de alegría y de placer aunque también paliativo de penas, mucho se ha dicho y escrito sobre este amigo del alma. Buen amigo también del camino de la vida, al que, como sucede con todos los amigos, hay que tratar con respeto y mesura, cuidando que el mismo no "nos beba" y que sólo nos proporcione placer y alegría.
 
Encontramos mucha literatura en su torno, como estas reflexiones que llegan desde muy antiguo:
 
"El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios". Avicena (médico iraní, siglo XI)
 
"El vino es una cosa maravillosamente apropiada para el hombre si, en tanto en la salud como en la enfermedad, se administra con tino y justa medida". Hipócrates (460 - 377 a.C.)
 
"No hay cuestión ni pesadumbre que sepa amigo, nadar; todas se ahogan en vino, todas se atascan en pan". Francisco de Quevedo (siglo de oro)
 
"Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino les hace felices". Sir Alexander Fleming (1881-1955)
 
"Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer". Francis Bacon (1561-1626)
 
Escritores inmortales y artistas contemporáneos, presentes en el cielo literario y cultural también hablan de él. Recordemos…
 
"Me gustaría ser todo de vino y beberme yo mismo". Federico García Lorca (siglo XX)
 
"Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador". Federico Fellini (siglo XX)
 
"Me basta / con el vino dorado y viejo / una manta con olor a invierno / diecisiete almendras nuevas / y tus manos…" Beatríz Mazliah (siglo XX)
 
"¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa / conjunción de los astros, en qué secreto día / que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa / y singular idea de inventar la alegría"… primeros versos del soneto al Vino de Jorge Luis Borges. El escritor también compuso el Poema al Vino y dijo: "En el bronce de Homero resplandece tu nombre, / negro vino que alegras el corazón del hombre. / Siglos de siglos hace que vas de mano en mano / desde el ritón del griego al cuerno del germano…".
 
Para no ser menos el poeta chileno (Chile tierra hermana de vinos) Pablo Neruda comienza su Oda al Vino de esta manera: "Vino color de día, / vino color de noche, / vino con pies de púrpura / o sangre de topacio, / vino, / estrellado hijo / de la tierra…". Neruda también tiene un largo poema llamado Estatuto al vino.
 
Y entre los poetas de nuestra tierra folclórica y ancestral recordamos al Cuchi Leguizamón que compuso una Canción de Cuna para el Vino, cuya génesis explicaba de esta forma: "Varias veces se nos perdía el vino. Algo raro: se perdía. Entonces nosotros salíamos a buscarlo por las noches".  Y buscando el vino con otros poetas, en Cachi (Salta), cierta noche, llevando una botella en brazos recordaba el Cuchi "que era una imagen muy tierna porque estábamos acunando al vino. Justo a él, que tantas veces nos durmió". Al rato se sentaron en un umbral y compusieron el tema Canción de cuna para el vino. "Arrorró mi vino / lámpara de amor, / que tu sueño crezca / cantando en mi voz. / Duérmete contento/ que están por llegar / las penas del hombre / que tu harás cantar. / Arrorró viajero / de la eternidad, / duérmete dorando nuestra soledad. / Arrorró cogollo / del amanecer, / la tibia esperanza de hoy, mañana, ayer. / Duérmete en mis brazos / duende del amor / que la vida entona / tu dulce arrorró. / Arrorró mi sangre / mi gajo, mi sol, / si se duerme el sueño / cantaremos los dos". Y los tangos y la música folclórica que nos habla del vino son parte de otra rica y prolífica historia. ¡Salud Vino Argentino!